.Álvaro.
¿Javi? ¿Qué hace ahí Javi?
- Hola... - dije no muy convencido. - ¿Está Isa?
- Sí. - dijo secamente.
- ¿Puedo pasar?
- Sí.
Entré. ¿Y ahora qué? Tendré que explicarle lo que pasó delante de él... Aunque ahora que lo pienso... tal vez es hasta mejor.
Ahora mismo estoy sentado en su sofá, esperándola. La veo bajando por las escaleras cuando dice:
- Javi, ¿quién era el que había llamado a la...? - se quedó un rato mirándome, petrificada. - ¿Qué haces aquí? - esta última vez se dirigió a mí.
- Tenemos que hablar. - me levanté.
- No tengo nada de lo que hablar contigo. - dijo ella mientras iba bajando las escaleras.
- Pero yo sí. - dije yo acercándome al pie de las escaleras.
.Isa.
¿Qué hacía Álvaro aquí? Qué guapo está... tenía ganas de verle... Ahora mismo me echaría a sus brazos... pero no, no puedo, mañana me voy, y tengo que parecer fuerte, no volveré a caer en sus redes.
- ¿Y de qué se supone que tienes que hablar? - le dije yo. Nos habíamos estado acercando, apenas lo tenía a un metro de mí.
- Me he enterado que te vas a Italia...
- ¿Cómo te has enterado? - le dije sorprendida.
- ¿¡Te vas a Italia!? - saltó de repente Javi.
Dios, los dos a la vez no, por favor. Con Javi es que apenas había hablado. Llegó, me pidió perdón y, después de decirle que todo lo que había pasado me dolió muchísimo y él decirme que solo quería amistad y insistir mucho, le perdoné y subí arriba a cambiarme.
- Sí... - dije en un susurro.
- ¿Por qué te vas? - preguntó Javi.
- Verás, es que... - empecé a decir.
- ¿Y a ti qué te importa, capullo? - dijo Álvaro, bastante alterado. Él estaba de los nervios, y me estaba poniendo a mí igual.
- Álvaro, no le hables así a... - empecé de nuevo a hablar, pero de nuevo me cortaron.
- Mira, conmigo no te pases, ¿te queda claro?
- O si no, ¿qué? No te tengo miedo.
- ¡Eh! ¡Parad! - grité, intentando hacerme notar, para que me escucharan. Lo conseguí y, al fin, me miraron. Suspiré, y dije: - Parad de pelearos de una vez. ¿Siempre tenéis que estar igual? Lo primero, Javi, me voy a Italia con mi padre, porque no tengo otra opción, mi madre tiene un nuevo trabajo en el que tiene que viajar mucho y no puedo vivir con ella. Lo segundo, Álvaro, no le hables así a Javi, hemos hablado las cosas y ya estamos bien, somos amigos, así que...
- Para, para, para. - dijo Álvaro, cortándome. - ¿Cómo que habéis arreglado las cosas? ¡Si es un capullo!
- Eh, tú, no te...
- ¡Callaros! - Javi estaba al lado mía, le puse delante el brazo, porque iba a ir hacia Álvaro.
- No, ahora voy a hablar yo. - dijo Álvaro. Miré a Javi y miraba desafiante a Álvaro. - Este chaval, Javi, tu "nuevo amigo" es un capullo, te diré por qué.
- No te atreverás a decírselo... - susurró Javi.
- Mira cómo se lo digo.
- ¿Qué está pasando aquí? - corté a Álvaro.
- Isa, yo... te sigo queriendo. - dijo Álvaro. - Solo corté contigo porque "tu nuevo amigo" me amenazó.
- ¿Qué? - dije, confundida, mirando a Javi, luego a Álvaro, y así un rato.
- Lo que oyes. - El día que corté contigo, cuando iba para tu casa, me lo encontré por la calle, y me amenazó. Me dijo que o cortaba contigo, o que él te haría daño.
- No le hagas caso, Isa... - dijo Javi, poniendo su mano sobre mi hombro, que enseguida se la quité.
- ¡Suéltame! - le dije, alterada. - Tú, - me dirijo a Javi. - ¿por qué has hecho eso? ¿Quién eres tú para amenazarle? Y pensar que por poco volvía a ser tu amiga... - ahora, me dirijo a Álvaro. - Y tú, ¿por qué no me lo contaste? ¿Por qué cortaste conmigo, en vez de decirme la verdad? No, lo mejor era cortar conmigo, y hacernos daño a los dos. ¿Por qué te decides a contármelo ahora? ¿Porque me voy? ¿Y qué pasaría si no me fuese? ¿Dejarías las cosas así como así? - estaba empezando a marearme. Estaba muy alterada, gritaba, las lágrimas se me saltaban, decía todo lo que se me venía a la mente rápido, sin apenas coger aire entre frase y frase, como si fuera a contrarreloj. Me tambaleé un poco.
- Isa, relájate, te estás mareando... - dijo Álvaro, intentando cogerme del brazo, pero no lo consiguió porque lo aparté de él, cosa que hizo que me tambaleara de nuevo.
- Solo necesito sentarme. - dije, mientras me dirigía hasta el sofá.
Estuvimos un buen rato en silencio, nadie decía nada. Los segundos, los minutos, pasaban. Hasta que decidí hablar.
- Bueno. - me levanto. - Estaréis contentos los dos. - dije en tono irónico. - Porque, aunque Álvaro lo haya contado, no arregla nada. Mañana me voy a Italia y, probablemente, no os vuelva a ver. - y dicho esto, subí a mi habitación y cerré la puerta.
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Bueno, aquí tenéis el capítulo.
Siento MUCHÍSIMO haber tardado una semana para escribir... pero ha empezado el instituto y estoy a tope de tarea y de todo. Espero que lo comprendáis.
Aunque no publique todos los días, quiero que sepáis que todos los días leo vuestros blogs.
Espero que os haya gustado el capítulo, intentaré escribir siempre que pueda.
Besos, cuidaros.
¡Enhorabuena! Creo que has resuelto muy bien la trama. Isa ha demostrado tener algo de dignidad y Alvaro algo de valor para enfrentarse a Javi. ¡Lástima que no lo hciera antes!
ResponderEliminarEspero, LoQiiTa, que no te moleste mi crítica. Me gusta mucho como escribes.
A mi me ha encantadooo:D Ya iba siendo hora de que se supiera la verdad;)Y no pasa nada que no publiques tan seguido, te estremos esperando igual:P
ResponderEliminarCuidate mucho.
Un beso.
Any