jueves, 29 de septiembre de 2011

Capítulo 23.

3 meses después..
.Isa.
Instituto. Rutina que me aburre completamente. Pero dresgraciadamente así es. El verano acabó, y eso conlleva a un nuevo curso. Aunque todavía me cueste trabajo seguir las clases, ya que son en Italiano, algo es algo. Durante el verano di clases intensivas de Italiano, y ahora lo domino bastante bien. Esta ciudad es preciosa. No es muy conocida, pero es muy bonita, aunque es muy distinta a mi verdadero hogar... Aún recuerdo cuando mi padre llegó a mi casa a recogerme... había tanta tensión...
- Hola, Isa. Cuánto has crecido... - dijo mi padre, mirándome de arriba a abajo.
- Hola, papá. Sí... he crecido. - dije para no quedar mal, aunque en realidad lo que deseaba decir era: Si te hubieras dignado a verme en estos años, puede que no te pareciera que he crecido tanto.
- Bueno, ¿vamos? Va a salir el avión.
- Vale, vamos.
Le dirigí una última mirada a mi hogar, y salí de allí...
Iba demasiado confusa, todo era demasiado raro. Me iba de España, mi país, mi hogar... Recuerdo que salí con lágrimas en los ojos, aunque ahora mismo, creo que estoy más feliz que en España. Al final, con Álvaro y Javi, no pasó nada...
- Bueno. - me levanto. - Estaréis contentos los dos. - dije en tono irónico. - Porque, aunque Álvaro lo haya contado, no arregla nada. Mañana me voy a Italia y, probablemente, no os vuelva a ver. - y dicho esto, subí a mi habitación y cerré la puerta.
Me encerré en mi habitación, y me tumbé en mi cama pensativa, con los sentimientos a flor de piel y con las lágrimas saltadas, aguantadas en mis ojos... No quería llorar. No, no por esto. ¿Por qué siempre me hago daño con lo mismo?
No sé cuánto tiempo pasó, pero escuché la puerta de mi casa abrirse y cerrarse. Uff, menos mal, parece que ya se han ido, así que bajaré a beber un poco de agua. Bajé, y vi que todavía estaba allí Álvaro. Él se levantó y empezo a caminar hacia mí. Iba a hablar, pero cuando fue a abrir la boca, le corté.
- No, Álvaro, no digas nada, creo que ya está todo bien claro.
- No, Isa. No está nada claro. Quiero explicarme...
- ¿¡Qué vas a explicar!? ¿¡Que me mentiste!?
- Te mentí para que no te hiciera daño...
- Pues, tal vez, si me lo hubieras contado, hubiera sido mejor, ¿no? Vale, sí, solo he estado sin ti un día, pero, ¿sabes cómo he pasado ese día? Y además, si no me tuviera que ir, esto seguiría igual, sin ti... No, Álvaro, no tiene explicación.
- Pero, Isa, él dijo que te haría daño, no podía dejar que te hiciera nada. Lo hice por tu bien...
- Sí, por mi bien, pero el daño está hecho...
No me había dado cuenta de que conforme él hablaba, se acercaba a mi, hasta que me dejó acorralada entre él y la pared.
- Vete, por favor... - le dije yo.
- ¿Qué? - dijo con un tono de voz apenado.
- Que te vayas... - dije yo con las lágrimas saltadas, aunque una ya caía por mi mejilla.- Vete, necesito terminar las maletas y...
- Entonces, ¿esto es el fin? - dijo él, cortándome.
- Sí... - dije intentando parecer decidida.
Entonces, se acercó y me dio un último beso. Fue corto, cuidadoso, pero más que amor llevaba pena, mucha pena... Fue el beso de despedida. Álvaro se separó de mí.
- Adiós, Isa...
Y se fué.
Todo acabó así, al día siguiente yo me marchaba, y no supe más de él, ni siquiera ahora. Lo borré del tuenti, pensé que si lo tenía agregado sería peor... Vine aquí demasiado negativa... Eva me llamó la noche anterior de irme a Italia, cuándo se enteró de que me iba...
- ¿Si? - dije contestando al teléfono.
- Hola. ¿Cómo estás? - dijo Eva.
- Pues bien... ¿Y tu?
- ¿Yo? Pues bien... quitando lo de Javi, estoy bien.
- Me alegro. - dije, mientras pensaba todo lo que pasó con Javi...
- Es que, te llamaba porque... me enteré de que te ibas y eso...
- ¿Y cómo te has enterado?
- Bueno... digamos que vi el estado de Álvaro, le pregunté que qué pasaba y me estuvo contando.
- ¿Qué estado tiene Álvaro? - dije confundida.
- Tiene puesto... espera, me meto en su perfil y te lo digo, que estoy conectada.
- Vale.
- Espera...
Se escuchó el tecleo de su ordenador y, después de una pausa, dijo:
- Aunque todo haya acabado y te vayas, siempre te querré. Te echaré de menos... Eso pone.
Sentí un pinchazo en el pecho. Yo le quiero, y sé que él me quiere, pero es mejor lo que he hecho...
- Vaya... entonces te contó por qué me iba y eso, ¿no?
- Sí, me lo contó.
- Bueno, Eva, te dejo que tengo que terminar de hacer las maletas y eso. - mentí. Simplemente no tenía ganas de hablar por teléfono.
- Vale. Ya si eso te llamo otro día, ¿ok?
- Vale, un beso.
- Adios, besos.
Y colgué yo.
Suena el timbre. Se acabaron las clases por esta semana. Al fin, viernes. Me dirijo a mi taquilla, recojo un par de cosas, y cuando la cierro alguien me asusta por detrás.
- ¡Buuuu!
- ¡Aaaaaah! - grité. - ¡Bruno! ¡Menudo susto me has dado!
- Eso es lo que pretendía. - dijo mientras sonreía. Bruno era guapo, no estaba mal... digamos que si me pidiera salir con él, no le diría que no. Es mi mejor amigo. - ¿Qué haces esta tarde?
- Pues no sé. - dije yo. - Supongo que haré hoy la tarea para tener el fin de semana libre y...
- Para. - dijo él. - Eso de hacer hoy la tarea, nada. La tarea, se hace el domingo, hoy se sale. ¿Qué te parece ir a dar un paseo a las 5 y media?
- Mm... - dije, intentando parecer pensativa. - Bueno, supongo que no tengo nada que hacer.
- Genial. ¿Aviso yo a los demás?
- Vale.
- Bueno, pues os recojo a ti y a tu hermana a las 5 y media, ¿vale?
- Ok, luego te veo.
- ¡Adiós! - dijo mientras se alejaba.
Mi hermana se juntaba con nosotros, bueno, más bien yo me juntaba con ellos. Solo es un año y medio mayor que yo, y ella se juntaba con gente de mi edad, no sé por qué, el conque es que yo me junto con ellos también. Fui a la puerta del instituto, donde la esperaba, cuando me la encuentro morreándose con su querido novio, Damian.
- Ejem, ejem. - hice, intentando hacerme notar para que pararan, cosa que sirvió para que pararan.
- Ah, hola, Isa. - dijo mi hermana mientras se colocaba un mechón de pelo detrás de la oreja.
- Hola, Susi. - dije yo. Tenía puesto el nombre de mi madre... cosa que también me recordaba a ella. Desde que me fui, aún no la he vuelto a ver... - ¿Nos vamos?
- Sí. - dijo. Ahora se dirigía a Damian. - Me voy, mi amor, nos vemos esta noche en tu casa.
- Sí, te esperaré a las diez.
Y seguido de otro empalagoso beso, porque todos eran igual, de estos demasiado brutos y asquerosos para mi gusto, ella dijo:
- Te quiero.
Y por fin, salimos del instituto. La verdad es que Damian no me gustaba mucho para ella. No por nada, simplemente porque es un macarra, que le lleva dos años, que fuma, y que la lía demasiado. Aunque bueno, mi hermana no se queda atrás... la lía y eso, pero no fuma y tampoco es demasiado macarra. En realidad, en ocasiones, parece que es ella más mayor que yo. Me llevaba bastante bien con ella, a pesar de tanto tiempo sin estar juntas. Lo cierto es que nos parecemos bastante.
- Bueno, ¿qué planes hay para hoy? - preguntó ella.
- A las 5 y media nos recoge Bruno para ir a dar una vuelta.
- Vale. Yo supongo que en vez de volver a casa iré del tirón a casa de Damian.
- A saber lo que vais ha hacer hoy...
- ¡Eh! Solo vamos a ver una película...
- Claro, solo una película... - dije yo. - Bueno, pues entonces le diré a Bruno que me acompañe hasta casa, ya que la señorita ya tiene planes.
- Sí. Oye, una pregunta, ¿tú tienes algo con Bruno? - dijo con tono pícaro.
- ¿Yo? ¿Algo cómo?
- No te hagas la tonta, hermanita.
- No te entiendo.
- ¡Que si estás con él!
- ¿Qué? - dije incrédula. - ¿Qué te hace pensar eso? Solo somos amigos, nada más....
- ¿Segura?
- Segura. - dije y, después, suspiré.
Al rato, Susi dijo:
- ¿Y te gusta?
- ¿Que si me gusta qué?
- ¡Bruno! De verdad, hoy estás un poco atontada, ¿eh?
- Ay, déjame...
- Contéstame.
- No me gusta. Bueno... puede que un poco... no sé. Es mi mejor amigo... Es muy buena persona, cariñoso, gracioso, guapo...
- Para, que se te va a caer la baba, hermanita. - dijo divertida. - Con eso ya me sirve para saber que te gusta.
- He dicho que no me gusta...
- Claro, y yo he dicho que solo iba a ver una peli con Damian.
Y dicho eso, me guiñó el ojo y entramos en la casa. No me había dado cuenta de que habíamos llegado. Como de costumbre, la casa estaba vacía. Mi padre solo estaba en casa por la noche, y bien tarde, ya que trabajaba mañana y tarde.
Comimos y me conecté al Facebook, ya que mis amigos no tenían tuenti. Estaba Bruno conectado y, en seguida, me salió la señal de que me había hablado.
- Hola;)
- Buenas!(:
- Como esta mi amiga del alma?:D
- Pues muy bien, y el señorito?
- Bastante bien. Te propongo un plan?:O
- Otro plan? x)
- Si, otro plan! No te apetece? ¬¬
- No, no, tu cuenta;)
- Pues mira, te propongo que despues de dar la vuelta, vayamos tu y yo a ver esa peli que se estrenaba hoy que tenias tanta ganas de verla!
- Pero si esa peli no te gusta...
- Ya, pero si no, con quien ibas a ir?
- Es verdad... la verias por mi?:')
- Por ti eso y mas(:
- Oooh.. :$
- Bueno, si o no?
- Claaaaro que si:D
- Pues ahora despues me paso por tu casa. Adios!(:
- Bye!
Y me desconecté. Vaya, este día promete. Me preparé y cuando me di cuenta, eran las cinco y veinticinco, Bruno estaba a punto de llegar. Fui a beber agua a la cocina y cuando terminé, llamaron a la puerta. Fui corriendo a abrir, pero antes me miré en el espejo. La verdad es que me había puesto demasiado mona. Iba con un vestidito corto de flores, bastante bonito, aunque demasiado fresco para la noche, aunque da igual, aguantaré. Llamaron de nuevo.
- ¡Abre ya! ¡Que yo bajo dentro de nada! - me gritó mi hermana desde su habitación.
- ¡Voy!
Y abro la puerta. Lo que no esperaba era lo que me iba a encontrar detrás de ella.
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Aquí lo tenéis. Al fin conseguí publicar. Espero que os guste.
Lo cierto es que estoy orgullosa de este capítulo, a mí me gusta, además lo hice larguito(:
¿Os ha gustado? Pues el siguiente será igual o mejor.
Por cierto, ¿os dejé con la intriga? Lo siento... jajaja es que me gusta dejaros así... jajaja
Besos(:

lunes, 26 de septiembre de 2011

Quiero dar gracias..

Hola!(: Bueno en esta entrada no voy a escribir un capítulo, no he tenido tiempo de escribirlo, pero en cuanto tenga tiempo lo escribiré y lo publicaré. 
Bueno... deciros que ya he pasado las 2.000 visitas... quiero daros las gracias, a todos esos que me visitan cada día. Para mí, dos mil visitas... son bastantes, más de las que nunca pensé que alcanzaría la verdad... Por eso quiero daros las gracias, porque ver cómo mi blog va creciendo, me hace muy feliz. Doy las gracias a esos trece seguidores que, aunque solo sean trece, son las personas que creen en mí, y espero que cada vez sean más(:
El otro día, hablando con mi amiga, me dijo: Oye, ¿y cuándo piensas terminar la historia? Y le dije: Pues... la verdad, no lo sé, yo quiero seguir. 
El conque es que no sé cuando va a acabar la historia, pero creo que la voy a alargar bastante... ¡no llevo ni un año con ella!
Y... fin de la entrada, era solo para agradeceros todo.


Gracias

sábado, 24 de septiembre de 2011

Capítulo 22.

.Álvaro.
¿Javi? ¿Qué hace ahí Javi?
- Hola... - dije no muy convencido. - ¿Está Isa?
- Sí. - dijo secamente.
- ¿Puedo pasar?
- Sí.
Entré. ¿Y ahora qué? Tendré que explicarle lo que pasó delante de él... Aunque ahora que lo pienso... tal vez es hasta mejor. 
Ahora mismo estoy sentado en su sofá, esperándola. La veo bajando por las escaleras cuando dice:
- Javi, ¿quién era el que había llamado a la...? - se quedó un rato mirándome, petrificada. - ¿Qué haces aquí? - esta última vez se dirigió a mí.
- Tenemos que hablar. - me levanté.
- No tengo nada de lo que hablar contigo. - dijo ella mientras iba bajando las escaleras.
- Pero yo sí. - dije yo acercándome al pie de las escaleras.


.Isa.
¿Qué hacía Álvaro aquí? Qué guapo está... tenía ganas de verle... Ahora mismo me echaría a sus brazos... pero no, no puedo, mañana me voy, y tengo que parecer fuerte, no volveré a caer en sus redes.
- ¿Y de qué se supone que tienes que hablar? - le dije yo. Nos habíamos estado acercando, apenas lo tenía a un metro de mí.
- Me he enterado que te vas a Italia...
- ¿Cómo te has enterado? - le dije sorprendida.
- ¿¡Te vas a Italia!? - saltó de repente Javi.
Dios, los dos a la vez no, por favor. Con Javi es que apenas había hablado. Llegó, me pidió perdón y, después de decirle que todo lo que había pasado me dolió muchísimo y él decirme que solo quería amistad y insistir mucho, le perdoné y subí arriba a cambiarme.
- Sí... - dije en un susurro.
- ¿Por qué te vas? - preguntó Javi.
- Verás, es que... - empecé a decir.
- ¿Y a ti qué te importa, capullo? - dijo Álvaro, bastante alterado. Él estaba de los nervios, y me estaba poniendo a mí igual.
- Álvaro, no le hables así a... - empecé de nuevo a hablar, pero de nuevo me cortaron.
- Mira, conmigo no te pases, ¿te queda claro?
- O si no, ¿qué? No te tengo miedo.
- ¡Eh! ¡Parad! - grité, intentando hacerme notar, para que me escucharan. Lo conseguí y, al fin, me miraron. Suspiré, y dije: - Parad de pelearos de una vez. ¿Siempre tenéis que estar igual? Lo primero, Javi, me voy a Italia con mi padre, porque no tengo otra opción, mi madre tiene un nuevo trabajo en el que tiene que viajar mucho y no puedo vivir con ella. Lo segundo, Álvaro, no le hables así a Javi, hemos hablado las cosas y ya estamos bien, somos amigos, así que...
- Para, para, para. - dijo Álvaro, cortándome. - ¿Cómo que habéis arreglado las cosas? ¡Si es un capullo!
- Eh, tú, no te...
- ¡Callaros! - Javi estaba al lado mía, le puse delante el brazo, porque iba a ir hacia Álvaro.
- No, ahora voy a hablar yo. - dijo Álvaro. Miré a Javi y miraba desafiante a Álvaro. - Este chaval, Javi, tu "nuevo amigo" es un capullo, te diré por qué.
- No te atreverás a decírselo... - susurró Javi.
- Mira cómo se lo digo.
- ¿Qué está pasando aquí? - corté a Álvaro.
- Isa, yo... te sigo queriendo. - dijo Álvaro. - Solo corté contigo porque "tu nuevo amigo" me amenazó.
- ¿Qué? - dije, confundida, mirando a Javi, luego a Álvaro, y así un rato.
- Lo que oyes. - El día que corté contigo, cuando iba para tu casa, me lo encontré por la calle, y me amenazó. Me dijo que o cortaba contigo, o que él te haría daño.
- No le hagas caso, Isa... - dijo Javi, poniendo su mano sobre mi hombro, que enseguida se la quité.
- ¡Suéltame! - le dije, alterada. - Tú, - me dirijo a Javi. - ¿por qué has hecho eso? ¿Quién eres tú para amenazarle? Y pensar que por poco volvía a ser tu amiga... - ahora, me dirijo a Álvaro. - Y tú, ¿por qué no me lo contaste? ¿Por qué cortaste conmigo, en vez de decirme la verdad? No, lo mejor era cortar conmigo, y hacernos daño a los dos. ¿Por qué te decides a contármelo ahora? ¿Porque me voy? ¿Y qué pasaría si no me fuese? ¿Dejarías las cosas así como así? - estaba empezando a marearme. Estaba muy alterada, gritaba, las lágrimas se me saltaban, decía todo lo que se me venía a la mente rápido, sin apenas coger aire entre frase y frase, como si fuera a contrarreloj. Me tambaleé un poco.
- Isa, relájate, te estás mareando... - dijo Álvaro, intentando cogerme del brazo, pero no lo consiguió porque lo aparté de él, cosa que hizo que me tambaleara de nuevo.
- Solo necesito sentarme. - dije, mientras me dirigía hasta el sofá.
Estuvimos un buen rato en silencio, nadie decía nada. Los segundos, los minutos, pasaban. Hasta que decidí hablar. 
- Bueno. - me levanto. - Estaréis contentos los dos. - dije en tono irónico. - Porque, aunque Álvaro lo haya contado, no arregla nada. Mañana me voy a Italia y, probablemente, no os vuelva a ver. - y dicho esto, subí a mi habitación y cerré la puerta.
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Bueno, aquí tenéis el capítulo.
Siento MUCHÍSIMO haber tardado una semana para escribir... pero ha empezado el instituto y estoy a tope de tarea y de todo. Espero que lo comprendáis.
Aunque no publique todos los días, quiero que sepáis que todos los días leo vuestros blogs.
Espero que os haya gustado el capítulo, intentaré escribir siempre que pueda.
Besos, cuidaros.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Capítulo 21. // Premio!(:

.Isa.
El resto de la noche no dormí muy bien. Me despertaba de repente pero no recordaba nada de lo que soñaba. Ahora estaba recién levantada y eran las 10, demasiado temprano para mí. Me hice el desayuno y tomé tostadas. Ni si quiera me conecté al tuenti ni me puse la televisión. Estaba desganada... ¿De verdad acabó todo? Recuerdo lo que pasó ayer como si fuera un sueño. Pero no, es real. Álvaro me ha dejado... Entonces, si eso es real... ¿también es cierto que hoy Javi iba a venir a hablar conmigo para que seamos amigos? Todo esto es tan confuso... 
Miré el reloj, y cuando me dí cuenta, eran las 11 y media. Fui a la cocina a llevar las cosas del desayuno, que las había dejado en el salón, y lo dejé en el fregadero. Llamaron al teléfono y lo cogí.
- ¿Si? - dije yo.
- ¡Hola, Isa!
- Hola mamá. - dije intentando parecer entusiasmada. - ¿Cómo te va el viaje? ¿Cuándo vuelves?
- Para eso te llamaba, Isa. 
- ¿Qué? No te entiendo.
- Mira... resulta que he encontrado un trabajo más permanente aquí, pero no está en condiciones para ti y...
- Dilo ya del tirón, mamá.
- Te vas a ir a Italia con tu padre.
Me quedé en "shock". ¿¡A Italia!? ¿¡Cómo que a Italia!?
- ¿¡A Italia!?
- Sí, cariño, a Italia.
- Pero... ¿sola?
- No hija, con tu padre, tu hermana...
- Mamá, sabes que no me refiero a eso.
- Es que no vas a estar sola. Ellos también son de tu familia.
- Venga ya, mamá. ¿Cuánto hace que no los veo? ¿Un año? ¿dos? ¿tal vez tres?
- Isa, sé positiva, ¿vale? ¡Vas a ir fuera de España!
- Sí... sin ti... Sola.
- No estás sola.
Suspiré. 
- ¿No queda otro remedio?
- No. Mi nuevo trabajo, no es estable, y no está bien para una chica que aún está en el instituto. Además, nos veremos de vez en cuando.
Me quedé un rato pensativa. ¿Había otra opción? Aunque, pensándolo bien, así cambiaría de aires...
- En fin... Si no hay otra salida... - suspiré una vez más. - ¿Cuándo me voy?
- Mañana.
- ¿¡Mañana!? 
- Sí, mañana. Tu padre irá a recogerte a casa para ir al aeropuerto a las 11 y media de la mañana. No te vayas a dejar nada aquí, ¿eh? Que sé que eres muy despistada....
- Espera. - le corté. - ¿No te voy a ver antes de irme? 
- Lo siento, cariño. Yo estoy en Alemania, no puedo ir hasta España. Me es imposible.
- Vaya... Bueno, no pasa nada. Te llamaré cuando esté con papá.
- Vale hija. Bueno, te dejo que me llaman para trabajar.
- Vale, adiós.
- Te quiero. Ya verás que todo irá bien.
- Te quiero.
Y colgó. Vaya, cómo cambian las cosas de un momento a otro. Ni yo misma sé por qué, pero ahora mismo tenía una angustia en mi pecho que no cabía en mí. De repente empecé a llorar. ¿Por qué lloraba? ¿Por qué me iba? Pero si era mejor, así olvidaría a Álvaro... Yo misma me había respondido a mi pregunta. No volvería a verle en mucho tiempo...o probablemente nunca. No me ha gustado acabar así...
Decidí subir a mi cuarto y empezar a hacer las maletas. Estuve un largo rato hasta que decidí descansar, ya que eran las 4 de la tarde y ni siquiera había comido nada. Me hice un bocadillo de mortadela y me senté en el salón a comérmelo. Cuando me quedaba un bocado, llamaron al timbre. ¿Quién sería a estas horas? Miré por la mirilla y vi a Javi. ¡Dios! ¡Había olvidado que dijo que iba a venir! Y yo estoy en pijama... Bueno, podría pasar por ropa normal... ¿no? Está prácticamente nuevo... Le abro la puerta.
- Hola. - dijo él.
- Hola... - dije, sin saber qué decir.
- ¿Puedo pasar?
- Sí... - dije no muy convencida.


.Álvaro.
Estuve toda la mañana en mi habitación. Pensando en ella, sin saber qué hacer... Pero no me quedaba otra, ¿no? Miro la hora, ¿ya son las cuatro? Voy a la cocina a beber un poco de agua cuando escuché a mi madre de fondo hablando por teléfono.
- Sí... Sí, Susana... Yo me ocuparé de todo... ¿Mañana se va? ... Vale... Sí yo iré a la inmobiliaria y lo arreglaré todo... Por supuesto que cuando vengas podrás quedarte aquí, te lo debemos... Venga, un beso... Adiós.
¿Inmobiliaria? ¿Quedarse cuando venga? ¿Qué está pasando aquí?
- Mamá, ¿qué pasa?
- Ay, hijo, no sabía que estabas ahí, me has asustado.
- Bueno, cuéntame qué pasa.
- Verás... A Susana le han dado un nuevo trabajo, pero más inestable, y tendrá que viajar mucho. Entonces, Isa se va a ir mañana con su padre a Italia...
En ese instante mi tiempo se detuvo. ¿Se va? ¡Mañana! ¡No se puede ir! ¡No estando las cosas así! Fui corriendo a mi habitación a cambiarme de ropa y fui a salir de mi casa cuando mi madre dijo:
- Hijo, ¿dónde vas?
- A arreglar unos asuntos.
Y salí corriendo de mi casa. Iba corriendo lo más que podía por la calle, me da igual lo que piense la gente. En menos de dos minutos llegué a su casa. Estuve indeciso en el umbral... ¿era buena idea? ¿Qué iba a decirle? No lo sé, pero era ahora o nunca... Llamé al timbre, y a los pocos segundos, me abrió la puerta la persona que menos me esperaba.
- Hola. - dijo Javi.
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Premio!(:
Antes que nada, darle las gracias a Any por este premio, me encanta(:

1.- Mencionar a quién te lo dio y poner su enlace al blog: Any y su blog: Almas Destinadas: tu eres mi mundo
2.- Obsequiar este premio a siete maravillosos blogs: Si os digo la verdad, no tengo mucho tiempo, así que a mis seguidores que tengan blog, os lo doy.
3.- Responder preguntas: 
*Si pudieras vivir dentro de una película ¿cual sería?
En la Saga Crepúsculo, siendo Bella, para estar con Edward <3
*Sales de la ducha. Te entretienes dibujando en el espejo empañado ¿en que?
Mi nombre, frases, caritas...
*¿Qué hacías la última vez que tus amigos pidieron que abortaras la situación?
Si te digo la verdad, no me acuerdo x)
*¿Que cosas absurdas o extravagantes sueles coleccionar?
Cartas de mis amigas. O.O
*¿Que tipo de roa íntima usas?
Normal y corriente x)
*¿En que momento del sueño despertaste y te molesto tanto que intentaste volver a dormir para soñar lo mismo?
Casi todas las noches me pasa :S
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Siento muchísimo la tardanza, en serio. Pero entendedme, ahora que empieza el curso, tendré menos tiempo para escribir... pero tranquilos, no lo dejaré(:
Espero que os haya gustado.
Besos(:








sábado, 10 de septiembre de 2011

Capítulo 20.

.Álvaro.
Aún no me puedo creer lo que he hecho. Ahora mismo iba por la calle, la dejé ahí, sola... Acabo de llegar a mi casa y vi que mi madre estaba en la cocina. 
- Mamá, ya estoy en casa.
- Hola, hijo.
- Me voy a mi cuarto.
Y subí rápidamente a mi habitación. Nada más cerré la puerta, me derrumbé. Soy estúpido. Muy estúpido. ¿Por qué lo habré hecho? Lo hiciste por ella, para que el otro no le hiciera nada. Ya, pero lo mismo el otro no le hacía nada... Sabes que sí se lo haría, todo por conseguir lo que quiere. ¿Y no hubiera sido mejor contárselo a ella? No, porque tarde o temprano el otro se habría enterado, y sería peor. Ya... pero... de todas formas, no creo que me lo perdone nunca...
Esta lucha interna, entre mi corazón y la razón, se debatía sobre mí. No sé cuánto tiempo estuve así, pero cuando me di cuenta, mi madre llamó a la puerta de mi habitación. Me levanté, cogí un libro, y me senté a "leer".
- Pasa. - le dije yo.
- Solo quería decirte que la cena está lista.
- Mamá, no tengo hambre ahora mismo.
- Deberías comer algo.
- Luego si eso me como algo, ahora mismo no tengo hambre. Gracias.
- Bueno, pues nada...
Se fue y cerró la puerta. Yo no sabía qué hacer. ¿Y si me conectaba al tuenti para hablar con ella y pedirle perdón? No, Álvaro. Debes cortar por lo sano, si no al final volveréis. Pero es que la quiero... una pequeña lagrimilla salió de mi ojo mientras recorría lentamente mi mejilla.


.Isa.
Mal. Mal. Me encuentro mal. Muy mal. No tengo ganas de nada. Ni si quiera he cenado nada. Enciendo el ordenador, así al menos me distraeré. Me conecto al tuenti y tengo un mensaje privado. Supongo que sería de Javi, como no. Entro en los mensajes y en efecto, era de Javi:
Hola, hermosa, mañana por la tarde iré a tu casa. Tenemos que hablar, quiero pedirte perdón, porque me estoy dando cuenta de que no vas a ser mía. Pero por lo menos, quiero que seamos amigos...
Me quedé un poco pillada. ¿¡Un poco!? Demasiado. ¿¡Qué!? Cada vez me confunde más. ¿Mi amigo? Bueno... todo se decidirá mañana. Me voy a "Inicio". Miro el chat. Está conectado. Álvaro está conectado. ¿Le hablo? No, no le hables, ¿después de todo, aún quieres hablarle? No, no le voy a hablar, pero él tampoco me habla... aunque es normal, hemos cortado... Todo no volverá a ser igual de la noche a la mañana. Me aburro, no hay nadie interesante conectado. Voy a cambiar mi estado y me desconecto. Tengo puesto: Más feliz que nunca estando contigo. Lo cambio por esto: Todo era demasiado bonito para ser real... Me salgo del tuenti y apago el ordenador. Me tumbo en la cama, empiezo a pensar, y cuando me doy cuenta, caigo dormida.
Una habitación oscura. Aparece Javi. Detrás de él aparece Álvaro. Parece que intenta hablar, decir algo, pero no puede.
- ¿Qué está pasando? - digo yo, confundida.
- Isa, ven conmigo. - dijo Javi. - Perdóname, y juntos volverás a estar feliz. Lo olvidarás. ¿No ves todo el daño que te ha hecho?
- ¡Isa! Pero... - Álvaro. Es como si intentara decir algo, pero se le quiebra la voz. - Isa, yo te ... él me ... a ... - silencio, mucho silencio. Y confusión.
- ¿Qué pasa? ¿Tú qué? ¿Y él, qué?
Me despierto sobresaltada. ¿Qué pasa? No entiendo nada... Solo ha sido un sueño, Isa, solo un sueño... Bueno, intentaré dormir otra vez, ya que es tarde...
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Sí, sé que es corto, y lo siento, pero últimamente mi inspiración anda un poco floja.
Siento muchísimo la tardanza, pero pronto os lo compensaré.
Espero que les guste. Comenten, por favor.
¡Besos!

domingo, 4 de septiembre de 2011

Capítulo 19.

.Isa.
- Ha cortado conmigo.
¿Por qué sabía que iba a decir eso? Se lo dije...
- ¿Ah, si?
- Sí...
- Bueno, pues... ¿quieres algo más? - le dije en tono seco. Después de todo lo que había pasado, no iba a volver todo otra vez como antes así como así.
- Sí...
- ¿Y qué quieres? 
- Quería... quería pedirte perdón... Por no haberte hecho caso. 
- Vaya... así que al final tenía yo razón, ¿no?
- Parece que sí... ¿Me vas a perdonar?
- Mm... ¿sabes qué? Que me lo pensaré. Ya te contestaré más adelante, porque lo que me hiciste me dolió. Ya te mandaré un privado o te llamaré. Adiós, Eva.
Y antes de que pudiera contestar, colgué. Supongo que al final la perdonaré... pero por ahora quiero hacerme la dura. Me sentí traicionada cuando creyó a Javi antes que a mí... Me desconecté del tuenti y me puse la tele mientras esperaba a que Álvaro llegase. 


.Álvaro.
Iba de camino a casa de Isa. Estaba apenas a cinco minutos, pero como iba con tiempo, caminaba despacio. Entonces alguien se me cruzó por delante.
- Hola, Álvaro.
- ¿Qué quieres, Javi? - dije cabreado. Odiaba su voz. Le tenía tanto asco.
- Oye, no te cabrees... ¿Dónde vas?
- Donde no te importa. ¿Algo más o me dejas pasar?
- Sí... solo una cosa más... es muy simple... - entonces, sacó una sonrisa malévola. - Tienes que cortar con Isa, se que vas a por ella, así que hoy mismo tienes que cortar con ella.
- ¿Por qué? ¿Porque tu me lo mandes? No pienso dejarla, la quiero, y está feliz conmigo, cosa que tú jamas conseguirás.
- ¿Seguro? Estoy dispuesto a hacer cosas si no la dejas...
- ¿Como qué? ¿Pegarme un puñetazo? ¿Una paliza? Me da igual lo que hagas...
- ¿Quién a dicho que el daño sería para ti? ¿Y si fuera... para ella?
- No serías capaz. Si de verdad la quisieras...
- ¿Quieres comprobarlo? - me cortó. - Álvaro, te doy veinticuatro horas para cortar con ella, si no lo haces, estaré dispuesto a hacer lo que te dije antes. No me retes, Álvaro, sabes que soy capaz...
Después de decir esto, se dio media vuelta, y se fue por donde había venido. No quiero cortar con Isa... eso me mataría... Pero por otro lado... sé de lo que Javi es capaz... Antes de darme cuenta llegué a casa de Isa y la llamé al telefonillo.


.Isa.
Llamaron al telefonillo. Contesté y era Álvaro, así que me eché colonia y bajé. Fui a darle un beso pero me puso la mejilla. Pasé por alto eso y seguimos normal. Lo notaba raro, ausente... Pasamos toda la tarde así... apenas hablábamos... El iba ausente y yo pensaba el por qué de eso. Llegamos al parque y le pregunté.
- ¿Álvaro?
- Dime.
- ¿Qué te pasa hoy?
- ¿A mí? Nada...
- Te noto ausente... raro.
- Tenemos que hablar. - dijo cambiando de tema.
- ¿De qué? 
- Isa... se acabó.
- Se acabó... ¿el qué?
- Nosotros... se acabó el nosotros... - dijo serio.
Entonces sentí como si alguien me apuñalara el pecho muchísimas veces. ¿Cómo que se acabó el nosotros? Una pequeña lágrima calló por mi mejilla.


.Álvaro.
- ¿Có...cómo que... se acabó... el nosotros? - dijo mientras le caía una lágrima por su mejilla. Me odio por hacerle esto... si pudiera decirle por qué se lo hago... pero no puedo... porque me diría que le da igual y que seguiría conmigo... y Javi le haría daño. 
- Isa, creo que lo dije claro. Se acabó. - tragué saliva antes de decir lo siguiente. - Te dejo, Isa.
- Pero... ¿por qué? - dijo mientras notaba que estaba aguantando un sollozo.
- Porque... - a ver qué le digo ahora... para que no lo siga intentando... - Porque no te quiero, Isa.
- ¿No... me quieres? - dijo con apenas un susurro.
- No. - dije tajante. - Creo... que nunca te quise... fue por estar con alguien. - Jamás me lo perdonaré en la vida, jamás, jamás...
- Bueno... eso lo explica todo...
- Adiós Isa.
Me levanté y me fui. Dios... ¿cómo ha podido pasar esto? No me lo perdonará en la vida... Bueno, solo espero que el otro no le haga daño...


.Isa.
Se fue... Me dejó allí tirada... Reprimiendo las ganas de llorar, de suplicar, de gritar... Me levanté del banco y me fui corriendo a mi casa. Nada más cerrar la puerta, me senté contra ella y empecé a llorar como nunca había llorado en mi vida... ni si quiera por Javi... Suerte que mi madre no está en casa ahora... ¿Cómo he podido ser tan tonta? Creo... que nunca te quise... fue por estar con alguien. Cada vez que recordaba eso un dolor muy grande invadía mi pecho. ¿Cómo he podido pensar que me quería? Todos son iguales... No te quiero, Isa. Se acabó el nosotros... Cada pequeña frase de esa conversación me hacía llorar como una niña pequeña... No puedo creer que me haga esto... ¿Por qué? ¿Por qué siempre me pasa esto a mí? ¿Es que nunca podré ser feliz? Era demasiado bonito para ser verdad...
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Bueno, aquí les dejo el capítulo.
Sí, sé que es triste, pero creedme, hasta yo lo pasé mal escribiéndolo. Se me saltaron las lágrimas, ¿y a ustedes?
Espero que a pesar de todo les guste.
Intentaré publicar lo antes posible.
Comenten, por favor.
¡Besos!

jueves, 1 de septiembre de 2011

Capítulo 18.

.Isa.
A la mañana siguiente me desperté tarde. Eran las doce y media, muy raro que no me hubiera llamado Carmen... Bajé a desayunar pero Carmen no estaba. Fui a la nevera a por leche cuando vi una notita que decía: He ido a comprar, volveré más tarde. Lo más probable era que Álvaro estuviera durmiendo... No lo voy a despertar, que duerma. Abrí la nevera, cogí la leche y me la serví en un vaso. Me hice un par de tostadas con aceite y mientras tanto me eché cola cao en la leche. Desayuné y mientras pensaba en todo lo que pasó ayer... ¿Cómo en tan poco tiempo había pasado todo? Yo lo único que sé, es que él me encanta... Terminé de desayunar y decidí conectarme al tuenti un rato. Vi un mensaje privado, ¿de quién? Me meto y era de Javi... Dios, ¿qué quería ahora? Ponía:
Bueno Isa... Solo queda una semana para volvernos a ver... Estoy esperando ansioso... A ver si en estos días te das cuenta de que no puedes vivir sin mí... Cuidado con lo que haces, porque cuando vuelva volverás a ser mía, cueste lo que cueste.
Genial. ¿Se cree que le tengo miedo? Pues no. Le contestaré.
Lo primero, jamás volveré a ser tuya, que te quede claro. Lo segundo, ¿sigues con Eva? Qué falso y qué capullo eres, ¿no? Y lo tercero, estoy con Álvaro, así que puedes dejarte de pajaritos porque no te quiero ni te necesito. Soy muy feliz sin ti, y lo seguiré siendo.
Bueno... a ver si lo lee. Termino de ver las novedades y me voy a llamar a Álvaro. Subí pero, para mi sorpresa, no estaba en su habitación. 
- ¡Bu!
- ¡AAAAAAH! - grité yo asustada. - ¡Por poco no me matas del susto! ¡No vuelvas a...!
Pero me cortó con un beso. Me encanta que hagan eso, que me callen con un beso. 
- Un buenos días no estaría mal. - dijo él.
- Iba a dártelos, pero no estoy acostumbrada a que me peguen un susto de muerte por detrás. 
- Claro, claro... 
- ¿Quieres desayunar? 
- No tengo mucha hambre, la verdad.
- Bueno, ¿y qué hacemos?
- ¿Y si vamos a dar una vuelta?
- Vale.
Nos vestimos, cogimos a Friskys, y salimos. Íbamos dando un paseo hablando de varias cosas, cuando de repente sonó mi móvil. 
- ¿Diga?
- Hola, Isa.
Otra vez. Esta voz estaba empezando a ponerme nerviosa.
- ¿Qué quieres, Javi?
- Nada, nada... Que he leído tu mensaje.
- ¿Y...?
- Que ahora mismo cortaré con Eva si quieres.
- No, Javi, no quiero que cortes con ella. Estoy muy bien así. Estoy con Álvaro y soy plenamente feliz. Lo que me falta es que me dejes tranquila, entonces sí que seré feliz.
- Vaya... me temo que eso no va a ser posible... Porque como te dije por el privado, serás mía. Disfruta de tu semana, porque cuando vuelva, volverás conmigo.
Justo después de eso colgó, dejándome con la palabra en la boca. ¿En serio cree que voy a volver con él? Está muy equivocado. ¿Cortará con Eva de verdad? Bueno... así ella se dará cuenta de que no le quiere. 
- Tierra llamando a Isa.
- ¿Qué? - no me había dado cuenta de que me había quedado embobada pensando.
- ¿Qué te ha dicho Javi? Llevas un rato embobada pensando.
- Ah, nada, pensaba en lo que me había dicho.
- ¿Y qué te dijo?
- Pues nada... lo del privado...
- ¿Qué privado? - había olvidado que él por la mañana estaba durmiendo.


.Álvaro.
Estaba empezando a hartarme este Javi. ¿No pensaba dejarla tranquila nunca?
- Pues... un privado que vi esta mañana.
- ¿Y qué ponía? - le pregunté yo.
- Nada de qué preocuparse... Simplemente que dice que cuando vuelva dentro de una semana que vendrá a conseguirme, que cortaría con Eva si hacía falta...
- ¿Quiere estar contigo?
- Exacto. 
Me quedé callado. ¿Y si al final ella acabara con él? No lo soportaría... 
- Pero... - empecé a decir preocupado.
- Álvaro, no seas tonto. Por la cara que has puesto seguro que piensas en que acabaré con él... Y tranquilo, porque no lo haré. Yo te quiero a ti, y a nadie más.
- Te quiero. - le dije.
- Y yo a ti. - y me dio un corto beso.
Llegamos a casa y miró si había alguna llamada, pero no había ninguna. Estuvimos viendo un rato la tele y al poco tiempo llegó mi madre. Entró cargada de bolsas, así que fuimos a ayudarla. Traía más bolsas de lo normal, así que le pregunté:
- Mamá, ¿has comprado medio supermercado o qué?
- Ay, Álvaro, que no le das tiempo a una de entrar en casa y de hablar, y ya estás preguntando. Resulta que me han llamado los de la inmobiliaria y hay en venta una casa por aquí cerca, y después de comer vamos a ir a verla y si nos gusta, podremos quedarnos esta misma noche allí ya. ¿A que es genial?
Me quedé pensativo. ¿Tan pronto me iba a separar de Isa? Sí, íbamos a vivir cerca... Pero no sé... no quiero separarme de ella y menos ahora con el otro detrás de ella.
- Sí, mamá, es genial... Pero, ¿dónde piensas meter toda la comida?
- Tú tranquilo, que ya le haremos un sitio. Ayudadme a colocar, anda.
La ayudamos y preparó la cocina mientras Isa y yo subimos a su habitación. Ella iba a conectarse a ver si tenía algún mensaje nuevo de Javi. 
- Así que... probablemente esta noche te vayas...
- Sí... 
- Pero es por aquí cerca, ¿no?
- Ya has oído a mi madre... 
- Pero...
- Isa, tranquila, que aunque me vaya voy a ser tan pesado como siempre y vendré todos los días como siempre, o tu irás. Además, ahora que tu madre no está, más aún. 
- Está bien.
- ¿Alguna novedad?
- Sí, pero de Javi nada.
- Vale.
Se desconectó y bajamos a comer. Cuando terminamos mi madre y yo fuimos a ver la casa.
- Isa, ¿no quieres venir? - preguntó mi madre.
- No, Carmen, gracias. Prefiero quedarme aquí. 
- Ah, bueno, tranquila que no tardaremos mucho.
- No os preocupéis, ¡adiós!
- ¡Adiós!


1 semana después...


.Isa.
Había pasado una semana desde que Álvaro y Carmen se fueron. Mi madre ya había vuelto, ya era todo normal, como antes.
Álvaro y yo estamos genial, solo que creemos que nuestras madres empiezan a sospechar de lo nuestro, pues pasamos todos los días o yo metida en su casa o él en la mía.
Y sobre Javi... Bueno... hoy volvía, así que no sé lo que pasaría, pero tengo claro que no pienso volver con él, ni mucho menos dejar a Álvaro. De Eva no tengo noticias desde aquella conversación por teléfono.
Acababa de terminar de comer, y fui a mi cuarto a conectarme al tuenti. Son las 4, todavía queda una hora para que Álvaro venga a por mí, (habíamos quedado para dar una vuelta). Miro las novedades y tenía un mensaje privado de Javi... Llevaba así toda la semana, pero siempre decía lo mismo, que "pronto sería suya". A ver qué ha puesto en éste...
Hola Isa. Que sepas que ya estoy aquí. ¿Estás lista para volver conmigo? Porque yo sí. Te he echado mucho de menos, amor. Te veré luego.
¿Qué tiene pensado hacer? ¿Venir a verme? Pues no me encontrará en casa... así que se quedará con las ganas. En ese momento suena el teléfono.
- ¿Diga? - dije yo mientras escuchaba un llanto.
- ¿I-Isa? - dijo la voz.
- ¿Eva?
- Sí... Javi ya a vuelto...
- ¿Y...?
- Ha cortado conmigo.
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Siento haber tardado tanto en publicar, pero se me quedó la mente en blanco.
Espero que les guste el capítulo. 
Besos a todos y gracias(: