jueves, 4 de agosto de 2011

Capítulo 12.

Comimos y recogimos la mesa y subimos de nuevo a seguir jugando. Echamos unas cuantas partidas, pero siempre me ganaba él.
- ¿No te cansas de que te gane?
- No. Bueno... la verdad es que ya me estoy cansando de jugar tantas veces...
- No, no, no, estás cansada de que TE GANE tantas veces... - dijo resaltando "te gane".
Entonces sonó mi móvil, era Eva. Hacía mucho tiempo que no hablaba con ella.
- ¿Sí? - dije yo.
- ¿Isa? Soy Eva. Tengo que hablar contigo.
- Dime.
- Es que... tengo que contarte una cosa.
Me va a contar eso. Seguro. Me haré la loca, para que piense que no lo sabía.
- Cuenta.
- Que... estoy saliendo con Javi... pero no te enfades conmigo.
-¿Enfadarme?¿Por qué? Ya no le quiero.
- ¿En serio?
- Sí.
- Pues oye... hoy íbamos a ir él y yo a la piscina municipal, ¿quieres venir?
- Bueno... no sé porque tengo visita, un momento que le pregunte.
Dejé el móvil en mi cama.
- Dos amigos míos, Javi y Eva van a ir a la piscina hoy, ¿vamos? - le pregunté a Álvaro.
- Vale. - contestó él.
Volví y cogí el móvil.
- Vale, vamos.
- Pues hemos quedado allí a las cinco. Nos vemos en la piscina. ¡Adiós!
- ¡Adiós!
Y colgué. 
- A ver, Álvaro, son las cuatro y media y hemos quedado a las 5. Hay que prepararse ya. Así que voy a mi cuarto a ponerme el bikini y eso.
- Vale.
Fui a mi cuarto y me cambié. Me puse mi bikini nuevo, era de colores y el color me realzaba la piel. Me puse un vestido de tirantes fresquito blanco, cogí la toalla y fui a la habitación de Álvaro. Llamé a la puerta.
- ¿Quién es? - dijo él.
- El coco.
- Ah, pues yo no lo conozco, así que no le abro.
- ¡Ábreme, anda!
- ¿Quién es?
- Yo.
- ¿Quién?
- ¡Isa!
- Ah, Isa... - abrió la puerta - Pasa, pasa.
- No, pasa, pasa, no, vamos, vamos, que llegamos tarde.
Bajamos las escaleras y nos preguntó Carmen:
- ¿Adónde vais?
- A la piscina con mis amigos. - contesté yo.
- ¿A qué hora volvéis? - esta vez fue mi madre. Odio que siempre esté acribillándome a preguntas.
- Mamá no lo sé, cuando ellos se vuelvan, pero no muy tarde.
- Vale. ¡Cuidaros! - dijeron al unísono.
Y nos fuimos. Solo quedaba una semana para que acabara el curso, por lo que hacía una calor horrorosa.
- Oye, y si solo queda una semana de curso, ¿para qué vas a ir al instituto? - le pregunté a Álvaro por el camino.
- Pues la verdad, no lo sé. Intentaré convencer a mi madre para que me deje faltar, total, en esta semana no se hace nada.
- Ya ves.
Llegamos a la piscina, no estaba muy lejos. Empecé a ver la puerta y allí estaban, dándose el lote. A quién quería engañar, todavía sentía algo por él. Me paré en seco. Una pequeña lágrima caía por mi mejilla. Entonces, antes de que me vieran, me di la vuelta y me fui corriendo. Cuando giré la esquina, sentí que alguien me cogía del brazo y me hacía parar.


.Álvaro.
Isa se fue corriendo, y fui tras ella. Al pasar la esquina, conseguí alcanzarla. La agarré del brazo y la obligué a que parase y se girase.
- Isa, ¿qué te pasa? - pregunté.
- Na, nada. - contestó con los ojos llorosos.
- ¿Segura?
Entonces se lanzó hacia mí y me dio un abrazo que por poco no de deja sin respiración y empezó a llorar.

2 comentarios:

  1. Hay,Dios, es que de verdad. Un poco de tacto deberían tener esos dos. Por suerte estaba Álvaro ahi;)Me encantaaaaaaaaa!!!!Publica cuando puedas, quiero mas :D Cuidate muchooo...
    Any

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  2. http://lilianavalverde.blogspot.es/ Gracias por quien visite el blog :)

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