Aún no me creía lo que estaba haciendo. He de admitir que el beso fue bonito y cálido, me dejé llevar... hasta que sus labios se apartaron repentinamente. Cuando abrí los ojos, estaba Álvaro en el suelo debajo de Javi, quien le acaba de dar un puñetazo. Espera, ¿¡un puñetazo!? ¡Se están peleando!
- ¡Parad! ¡Dejad de pelearos! - grité intentando separarlos, pero no lo conseguí. - ¡Parad! ¡Dejadlo ya!
Yo seguía diciendo cosas de ese estilo un buen rato y intentando separarlos con la ayuda de Eva, pero no podíamos, hasta que llegó el socorrista y los separó. Los echó de la piscina y Eva y yo fuimos con ellos. Le dije adiós y nos fuimos Álvaro y yo. Le miré y cuando me fijé en como estaba... me sentí tan mal. Como llevaban solo el bañador, tenía pequeñas rozaduras por las rodillas, pero la cara... la cara. Le sangraba un poco la nariz, tenía una herida por la sien, y le estaban empezando a salir moretones por las mejillas. Y tenía arañazos en los brazos, (eso fue culpa mía, al intentar separarlos).
- Oh, Dios mío... Álvaro, lo siento tanto... - empecé a decirle.
- No pasa nada, Isa...
- De eso nada, ahora mismo te voy a llevar al médico a que te cure.
Fuimos al medico. Estábamos en la sala de espera guardando silencio, pues no estábamos solos, hasta que yo susurré:
- Lo siento muchísimo, Álvaro... Todo esto ha sido por mi culpa...
- No. - me cortó. - No ha sido culpa tuya, Isa, además...
- Siguiente. - dijo la enfermera, interrumpiéndole.
.Álvaro.
La enfermera me salvó. Por poco no lo decía otra vez... "No ha sido culpa tuya, Isa, además..." además el beso me gustó. iba a decir. Entramos y la enfermera empezó a desinfectar las heridas. Me escocía un poco, pero no era para tanto. Lo pasaba peor por la cara que ponía Isa cada vez que me daba en la herida que por el pequeño escozor que sentía. Dijo que lo sentía mucho... ¿se arrepentirá del beso? Yo, al menos, no me arrepiento...
- Ya estás listo, ya te puedes ir. Cuídate esas heridas, se te vayan a infectar. - dijo la enfermera al terminar de curarme las heridas.
- Gracias. Adiós. - contesté yo.
- Adiós. - dijo Isa.
Salimos del médico. Íbamos en dirección a casa, cuando caí en la cuenta de algo. Me paré en seco; Isa cuando se dio cuenta paró también y preguntó:
- ¿Qué pasa?
- No puedo ir así a casa. ¿Qué dirá mi madre?
- Tienes razón... Podríamos decir que te has caído...
- ¿En serio crees que colará?
- No lo sé... pero por probar... Oye, Álvaro, vuelvo a decirte que lo siento mucho, no debería haberlo hecho. Si llego a saber que iba a acabar así... hubiera preferido ridiculizarme delante de él cien veces antes de que te hiciera daño...
¿Te arrepientes de haberlo hecho? Pensaba decirle, pero no me atreví.
- Y yo vuelvo a decirte que no ha sido para tanto. Estoy bien, Isa...
- Es un capullo. - dijo ella.
- Totalmente de acuerdo contigo. Isa... no quiero mandarte ni nada, pero no deberías acercarte mucho a ese... no me da buena espina... Y tu amiga, Eva, ten cuidado con ella...
- ¿Cuidado por qué?
- No sé, tú por si acaso, intenta no verte mucho con el Javi ese, no es bueno para ti. Intenta olvidarte de él.
- Eso quiero intentar, pero no sé cómo olvidarle.
- Lo conseguirás, créeme. Yo te ayudaré a olvidar.
- ¿Y cómo lo harás?
.Isa.
- Pues, pasando el rato, haciéndote reír... como te dije en la heladería. Haciendo cualquier cosa que no tenga nada que ver con él.
- Está bien.
Me sentí un poco rara cuando dijo eso... me sentí... ¿mal? ¿triste? No sé... ahora mismo siento cosas muy raras... Creo que estoy empezando a sentir algo por Álvaro... Pero no quiero, porque me volverá a pasar lo mismo que con Javi. Ahora mismo estoy muy confusa y no sé qué hacer.
Seguimos caminando hasta llegar a casa. Por suerte, no había nadie en casa. Había una nota escrita a mano en la entrada. Hemos salido a cenar por la noche con unas amigas. Volveremos bastante tarde. Os he dejado en la nevera el número de la pizzería para que os pidáis una. De mi madre y de Carmen.
- Álvaro, tráeme el teléfono, vamos a pedir pizzas.
- ¿Pizzas?
- Sí, ¿no tienes ganas?
- No, sí, pero tengo una idea mejor...
- ¿Y cuál es?
- ¿Y si hacemos nosotros mismos las pizzas?
- Vale.
Menos mal que teníamos masa y eso. Porque mi madre una vez tuvo la gran idea de hacer pizzas pero al final no las hizo. En cero coma estábamos "haciendo pizzas". No sé cómo, pero acabamos discutiendo como dos niños pequeños:
- Yo quiero la pizza de jamón y hamburguesa. - dije yo.
- Y yo la quiero de doble queso y pepperoni. - dijo él.
- Jamón y hamburguesa. - dije en tono amenazante.
- Doble queso y pepperoni. - dijo él con un tono más amenazante aún.
- Jamón y hamburguesa. - repetí.
Entonces me tiró un cachito de hamburguesa. ¿Conque quería pelea, no? Pues la va a tener. Le devolví el tiro tirándole una loncha de queso. Estuvimos así un rato, hasta que acabamos echándonos vasos de agua y todo. En un intento de ir a llenar mi vaso con más agua, resbalé y me caí, pero no sé como Álvaro cayó debajo de mí, aterrizando yo en blandito. Y ahí estábamos, yo encima de Álvaro, mirándole medio cortada, y medio riéndome.
Me encantóooooooo!!!!!!!!!!!!Tienes que publicar pronto, necesito saber que pasara;) Cuidate mucho:D
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